miércoles, 19 de junio de 2013

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De cara a la galería parece que el escritor lo es más que nunca cuando promociona sus libros, cuando se le vé en presentaciones, ferias, firmas... Curiosamente yo me siento más escritora que nunca cuando estoy escribiendo, cuando delante de mi ordenador y entre las cuatro paredes de mi estudio me sumerjo en mis historias. Y en eso estoy. En los últimos meses han ardido muchas barritas de incienso y se han bebido muchas tazas de té en esta habitación. He acabado una novela, he quedado finalista de un concurso de relato, he comenzado una nueva novela, voy a escribir un cuento infantil que una maravillosa ilustradora me ha propuesto ilustrar... Y desde esta ventana virtual veo a los compañeros que no paran, arriba y abajo, y aunque siento cierta envidia, a veces pienso que soy mucho más feliz aquí, tranquila y a solas, inventando vidas ajenas. Es mi eterna dualidad, esa que forma parte de mí en todos y cada uno de los aspectos de mi vida.
Este año no estuve en la Feria del libro de Madrid pero El Café de la Luna sí que estuvo, y se vendieron algunos ejemplares. Una de las lectoras que lo compró me regaló esta foto que me hizo muchísima ilusión
(foto de Yolanda Rodríguez). Y luego está El susurro de los árboles que, cinco años después de haber sido editado, sigue haciendo disfrutar a los lectores (foto de Olga González). La verdad es que cada lector es un regalo y cada palabra que me ragalan sobre mis dos libros me hace muy feliz. No han hecho más que darme alegrías desde que empecé a escribirlos. El Café de la Luna está buscando editorial en Italia de mano de la maravillosa Paola Buoso, cruzo los dedos para que haya suerte y podamos disfrutar la alegría que eso nos supondría. Y mi susurro está llegando en estos momentos a algunos lectores en su versión papel, lectores a los que les están emocionando sus historias, lectores que han llegado a él tras visitar el Café, porque se quedaron con ganas de más.
En estos momento estoy pendiente de la valoración de mi última novela. Tal vez vea la luz el año que viene con Alrevés, o tal vez no. Y hay más cosas. Después del verano una nueva antología de relato en la que participo estará lista. Mi nueva novela avanza a muy buen ritmo. Estoy pensando en ese cuento sobre la perrita Gominola. Pero aún hay más, cosas que por prudencia prefiero no avanzar. Y con tanto trabajo tengo poco tiempo de pasarme por aquí. Pero sigo caminando. Os iré contando por aquí.

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