Todo tiene un final. Es inevitable. Incluso lo bueno. Afortunadamente también lo malo. Y esos finales, muchas veces, nos ayudan a avanzar. Este es el caso. Ayer se clausuró el IX Taller de Literatura de Ámbito Cultural de El Corte Inglés que tiene como tutora a la fantástica Mercedes Abad. He disfrutado muchísimo las 20 horas que he compartido con ella y con el resto de compañeros del taller y hasta creo que he aprendido algunas cosas. Tenía muchas ganas de hacer uno de estos talleres y si no fuera por el tema económico hubiera hecho algún otro hace tiempo. Me quedo con ganas de más y con la sensación de que me queda muchísimo por aprender, aquello tan manido de sólo sé que no sé nada. Y aunque en esto de la literatura he empezado la casa por el tejado nunca es tarde para aprender y seguir aprendiedo.
Otro final, este ya hace tiempo anunciado, es el de mi colaboración en la web Anika entre Libros. El viernes envié mi última reseña y, aunque aún veréis alguna más en los próximos días puesto que están en stock, yo ya he acabado. Hace tiempo que no me identifico con el proyecto y ya no me aporta nada formar parte de él. Como sabéis he ampliado fronteras y sigo reseñando en La Tormenta en un Vaso y en La Bibliteca imaginaria. Todo tiene un tiempo y todos los tiempos llegan a su fin. Dos años y casi 200 reseñas, una decena de entrevistas además de algún artículo sobre presentaciones. Ahí es nada. Desde el momento de tomar la decisión hace unos meses hasta el adios definitivo ha pasado un tiempo, el necesario para cumplir mis compromisos con la web. A partir de ahora seguimos caminos separados.
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