domingo, 10 de mayo de 2009

TARDE DE DOMINGO


Domingo por la tarde. Lluna duerme la siesta en el piso de abajo. Es ahora cuando su papá y yo podemos dedicarnos un ratito a nuestras cosas. Poco rato, la verdad, porque pronto pronunciará su clásico "Mami Dolors" y tendré que acudir a su lado. Cosas de la maternidad que, aunque a veces es muy dura, tiene sus compensaciones, de verdad.
Una taza de té, mi ordenador y la cabeza un poco embotada. He agarrado uno de esos molestos constipados primaverales y estoy un poco sopa. Deambulo un rato por internet sin rumbo. Entro en mis blogs, el correo... no tengo ganas de hacer nada, para qué engañarnos. El canario de Lluna canta como un poseso. Caramba, Carusito, tú si que sabes je je.
Los libros sobre el Antiguo Egipto se amontonan sobre mi mesa. He estado ojeando el de Asimov. La verdad es que nunca se me hubiera ocurrido que el tipo de la Fundación hubiese escrito nada parecido. Somos sorprendentes los escritores je je je. El Nilo... la arteria que dio vida a una civilización prodigiosa. Curiosamente todos los libros que hablan del Antiguo Egipto suelen comenzar por el capítulo dedicado al río.
"La hija del Escriba" no acaba de arrancar. Se va forjando en mi cabeza, crece a cada nueva línea que leo sobre el tema, pero aún no es un hecho sobre el papel. No puedo hablar apenas de ella porque, para ser honestos, no existe, sigue siendo un proyecto.
Estos últimos días he estado liada con algunos relatos breves. De nuevo he puesto mi pluma (mi teclado) al servicio de una buena causa y participo en la nueva edición del Scream "Cielo Abierto". Es poco probable que vuelva a ganarlo, en cualquier caso no es un premio en metálico, pero el tema me motiva y es mi pequeña aportación.
En la planta de abajo Carusito sigue cantando. A veces no sé si es rojo o es que se pone colorado del enorme esfuerzo de poner a cien sus cuerdas vocales. Es un portento el tío. Sus excasos centímetros de talla y ese poderío.
Uy, que me voy del tema. Esto me recuerda que también en la planta de abajo se va forjando mi nuevo proyecto literario. Sí, como lo oís. Una que va de sobrada y se puede permitir tener negro (con todos los respetos para los señores/-as de este color). Mi negro es mi compañero, Robert. Un apasionado de la Segunda Guerra Mundial que además sabe un montón sobre el tema. Tanto que a veces creo que duermo con una enciclopedia de la 2GM al lado. Hace unos días hablando, me contó una idea estupenda para una novela ambientada en ese momento histórico. La tenía muy bien ligada y yo le animé a ponerse manos a la obra. Pues se puso, ¡y de qué manera! Está entusiasmado con la idea y avanza a pasos agigantados. En fin, llegados a este punto y como la que escribe en casa es una misma, le ofrecí echarle una mano. Conclusión: proyecto conjunto de novela "a cuatro manos". Él pone la idea y la documenta y yo le echo rollo literario.
Uy, Lluna acaba de despertarse. Pronto oiré su llamada y me tendré que ir, así que voy a echarle un vistazo a este texto antes de lanzarlo.

No hay comentarios: